Día 2: nos levantamos temprano y fuimos a sacar unas fotos en los jardines de la chacra. Tienen un tanque australiano con peces, corrales con gallinas, otras que andan sueltas y varios perros y gatos.
La casa fue construida hace mas de 100 años, tiene un patio interno increíble, una pileta espectacular y una taberna que abren durante el verano.
Tomamos el desayuno en una de las salas de la casa, Carlota y su hijo Olaf nos recibieron con café con leche, una torta y tostadas con miel y dulces caseros.
El primer punto de interés, según lo que nos aconsejo Gaby era el Monasterio Trapense o como lo llaman ellos, la Trapa.
Marcando en el
Ya habíamos claudicado y retomamos la ruta hacia Tandil, el paisaje de las sierras es tan im-pre-sio-nan-te que el paseo no fue en vano.
Cuando habíamos recorrido unos 40 km apareció un cartel que decía: Monasterio Trapense. Decidimos ir a conocerlo y nos adentramos hasta que finalmente llegamos al Monasterio Trapense que según el
Tandil: llegamos exactamente a la hora de almorzar, por suerte no nos costo nada encontrar Época de Quesos y llegar justo a tiempo para conseguir una de las ultimas mesas libres. Nos sentamos en el patio a comer una espectacular picada tandilera al sol.
Después de comprar unos quesos y salames, fuimos a conocer la famosa piedra Movediza (hay que subir unos cuantos escalones), y mas tarde El Centinela. Los 2 lugares tienen unas vistas increíbles.
Yendo por la zona del Centinela había un cartel de la estancia Ave María, Vivi había visto en una revista que además de hostería era una casa de te y allí fuimos!!
Este lugar queda en el Paraje la Porteña (no confundir con Pasaje como lo intente buscar en el
Se nos hizo un poco tarde así que volvimos de noche tan cansadas que ni salimos a comer y nos perdimos los festejos del Bicentenario azuleño. Igual, al menos yo, disfrute el día a pleno!!
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