Como cada fin de año, nos juntamos con las chicas del Esquiú a despedir el año que se va... El lugar elegido fue nuevamente Pipí Cucú!
Volvimos porque a todas nos encantó la atmósfera del lugar -entre bizarro y kitsch- la atención personalizada, la ambientación cálida y la buena gastronomía.
A la ensalada de mollejas con rúcula (unánime) ahora se le sumó la Caipi de maracuyá... Im-pre-sio-nan-te!!
Creo que espantamos a varios clientes, porque cuando nos juntamos, nos potenciamos y no paramos de hablar/gritar!
Amigas, que se repita!!
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