San Telmo, es un lugar con mucha historia y con millones de historias.
La primera vez que fui fue hace como 20 años y desde aquella vez, siempre quiero volver. Entrar en la plaza Dorrego con su Feria de antiguedades es como viajar a través del tiempo. Descubrir en sus puestos, objetos que teníamos en nuestras casas o que veneraban nuestros abuelos, sorprende y emociona...
Los antiguos edificios y sus calles empedradas traen recuerdos de viejas épocas y de leyendas sobre personajes que leímos en alguna novela o en los libros de historia.
Ahora, además de los cafés, las parrillas y los anticuarios de siempre, hay muchos locales nuevos. Esta vez recorrimos algunos anticuarios y encontré un negocio de decoración campestre, simple y perfecto: "Rajatabla".
La clásica parrilla La vieja Rotisería sigue juntando publico local y turistas. El nuevo/antiguo Café Rivas es el lugar ideal para pedir un submarino, tostadas con dulce de leche y charlar durante un largo rato. Ayer desde sus ventanales pudimos ver y escuchar grupos de candomberos que desfilaban con sus tambores y banderas como en otras épocas...
muy buenas fotos!
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