A Bali viajamos con Kimi y Andrés en una gira 5 estrellas que hicimos por Oriente en septiembre del 98, varios años antes del casamiento de ellos y del nacimiento de sus 2 hijos, un par de años antes de la bomba terrorista y mucho antes del exito de "Eat, Pray, Love"...
Cuando fuimos, Bali era considerado un destino exótico, bohemio y exclusivo, y los muebles balineses todavía no existían en Buenos Aires... A mi me encanto la onda del lugar, los paisajes, la simpleza en la decoración de sus ambientes y su gente, mas que por sus playas. Los balineses son personas felices y muy espirituales, siempre sonrientes y vestidos con ropas muy alegres y coloridas.
Nos quedamos en Bali casi 10 días, alquilamos un jeep y recorrimos Kuta, Ubud, Senggigi, Seminyak y Lombok...
Estos son dos restaurants que quedaron imborrables en mi memoria:
Kafe Warisan: es un restaurant super exclusivo, con una atmósfera increíble. Todavía me acuerdo, llegando a ese jardín lleno de antorchas y el perfume de nardos y plumerias mezclado con velas de vainilla... Si pudiera embotellar ese perfume creo que me haría millonaria!!
Mi amiga Flor A., azafata y viajera incansable fue hace un año y se quedo feliz con el dato.
La Lucchiola: este dato se lo paso otra azafata a Andrés y allí fuimos! Un lugar imperdible, es un quincho abierto, lujoso y simple cerca de la playa. Comida italiana de primera!
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